Europa envejece. Cada vez se reducen más las tasas de natalidad y ponen en serio peligro el próximo relevo generacional. Tan solo el ciclo migratorio mantiene las medias de natalidad en gran parte de Europa, que en el año 2015 ya tuvo que contabilizar más muertes que nacimientos, como así se recoge en el Eurostat 2016, donde figuran cifras desde 1960 donde todos los países tienen un ratio superior a los dos hijos por pareja y que hoy, solo conservan países como Turquía o Francia, con una población migratoria mayoritariamente musulmana. Se estima que para el año 2050 casi la mitad de la población de la Unión Europea será mayoritariamente musulmana.
El último informe recoge que hasta 15 países, entre los que se encontraba España, Alemania, Italia o Croacia, habían tenido más defunciones que nuevas inscripciones en sus registros de natalidad, dando la razón a los informes demográficos menos halagüeños que señalaban hace años el claro envejecimiento al que se ve abocada Europa.
Tan solo tres países del continente europeo tienen los suficientes nacimientos para poder garantizar el relevo generacional, mientras que la gran mayoría, o se encuentran ya con un crecimiento vegetativo, o podrían entrar en él en los próximos años.
Los gobiernos parece que empiezan a tomar conciencia de este problema, proponiendo medidas, cuya velocidad y eficacia aún está por contrastarse, como por ejemplo sucede con la alegalidad sobre el aborto en nuestro país, donde cada año se llevan a cabo cerca de 100.000.
Lo que está claro es que el declive demográfico en nuestro país pone en riesgo el sostenimiento del estado de bienestar. Cada vez hay más pensionistas, con pensiones más altas y menos jóvenes que aseguren poder pagarlas en el futuro más inmediato. A este problema principal, se suman otros factores secundarios, que pueden ser considerados de primer orden, como es la despoblación rural, los impedimentos para la conciliación laboral, la desigualdad en el acceso al empleo entre mujeres y hombres, el cambio climático, la escasez de recursos hídricos o la escasez tecnológica en los pequeños municipios, impiden el desarrollo familiar con la tranquilidad de ver los derechos respaldados por una estructura de estado sólida y segura.
Incentivar la revolución industrial que potencie nuestra economía es uno de los elementos esenciales para hablar de una mayor natalidad en los próximos años. El miedo a la escasez de recursos y la inestabilidad familiar, son factores que al encontrarse se potencian y perjudican el desarrollo social en nuestro modelo demográfico extensible a Europa.
“Los goles son amores…”
Mientras llegan esos cambios esenciales para asentar las bases futuras de nuestra sociedad que vengan para asegurar el estado de bienestar, tenemos que conformarnos con los goles como motor de los repuntes en la natalidad de nuestro país, que también puede polarizarse en otros países en Europa.
Ya sirvió lo de los goles como metáfora para explicar el amor para dar título al mítico programa presentado por Manolo Escobar, donde se hacía repaso de lo acontecido en nuestra liga de fútbol, cabe decir que con poco éxito televisivo, ya que solo se emitieron cinco programas entre 1992 y 1993.
En aquel momento no se establecía una correlación entre la natalidad y los goles de Butrageño o Romario, algo que estudios recientes se han encargado de establecer en paralelo para explicar las pirámides de población en la que acontecimientos deportivos que ya son historia de nuestro deporte tuvieron lugar, tales como el gol de Iniesta en Stamford el 6 de mayo de 2009, que provocó un aumento de natalidad en Cataluña del 16% o el del propio manchego en la final del mundial de Sudáfrica, donde España se coronaba en el olimpo del fútbol por primera vez en su historia y que provocó el aumento de la natalidad en todo el país del 45%.
Así, al de Fuentealbilla se le ha achacado el nacimiento de miles de bebés en nuestro país, que fueron fruto de la celebración de un triunfo que movió a la masa, la invitó a disfrutar y a recrear las jugadas para anotar sus propios goles, y que en algún caso habrá causado “el casamiento por penalti”.
Así pues, si las medidas no llegan, habrá que apostar por el fútbol en abierto. Veremos si el Barcelona este año celebra la Champions y si esto sirve como motivación para procrear. Podría ser un buen punto de encuentro para el diálogo entre independentistas y el resto de españoles, viendo que la selección española no pasa por su mejor momento y la Eurocopa todavía queda lejos.
Y es que, el verano y el fútbol no pueden coger vacaciones al mismo tiempo.