Carmen Quintanilla: “No podemos consentir que haya esclavos entre nosotros, ni violencia, ni vulneración de los derechos”.
La presidenta nacional de la Confederación de Federaciones y Asociaciones de Familias y Mujeres del Medio Rural (AFAMMER), Carmen Quintanilla, ha recibido de manos del ministro de Justicia, Francisco Caamaño, el VII Premio del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en un acto que ha tenido lugar en la sede de dicho Consejo y que ha estado presidido por el Presidente del CGPJ, Carlos Dívar; la presidenta del Observatorio, Inmaculada Montalbán; el Fiscal General del Estado, Cándido Conde Pumpido y los ministros de Justicia y Sanidad, Política Social e Igualdad, Francisco Caamaño y Leire Pajín, respectivamente; el presidente del Consejo General de la Abogacía, Carlos Carnicer y la consejera de Presidencia y Justicia de la Comunidad de Madrid, Regina Plañiol. Entre las numerosas autoridades asistentes al acto también se encontraban el presidente del PP, Mariano Rajoy; la secretaria general del PP y presidenta de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Mª Dolores de Cospedal y la portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, entre muchos otros.
En su intervención y tras señalar que para ella era “todo un honor recibir este premio por el prestigio y por la gran labor que desarrolla el Observatorio”, la presidenta nacional de AFAMMER compartió este premio “con todos los que como yo confían en que un mundo sin violencia doméstica y de género es posible y a todos los que luchan cada día por erradicarla”.
Asimismo, quiso dar las gracias a sus hijos “porque son mi gran apoyo y fortaleza”; a las mujeres de AFAMMER “que siempre han sabido interpretar el mensaje de la esperanza y de la superación y me han aportado experiencias de vida muy valiosas” y también ha dado las gracias a su partido “porque me brindó la oportunidad de intentar cambiar la sociedad y que con mi escaño haya dado voz a las mujeres del medio rural, con las que siempre estaré comprometida”.
Carmen Quintanilla afirmó que “la sociedad actual no puede consentir que haya esclavos entre nosotros, ni un solo ejemplo de violencia, ni de vulneración en los Derechos Humanos, donde quiera que se produzcan”. En este sentido, recordó que a lo largo de su trayectoria desde el compromiso social y desde la función pública en la política siempre ha buscado “la mejor manera de combatir las injusticias y erradicar la violencia contra las mujeres, todo tipo de violencia: la violencia doméstica y de género, la trata con fines de explotación sexual, la prostitución y tantas otras que vulneran la dignidad de la mujer y los derechos humanos, que son consideradas la nueva esclavitud del siglo XXI”.
En su alocución, la presidenta nacional de AFAMMER utilizó la cita de Eduardo Chillida: “Un hombre (o una mujer) tiene que tener siempre el nivel de la dignidad por encima del nivel del miedo” para hacer un llamamiento a una sociedad en la que “a todos nos corresponde erradicar el temor: que las víctimas estén y se sientan amparadas, queridas y que sepan que no están solas”.
Quintanilla también abogó por reforzar y mejorar los mecanismos para luchar contra la violencia ejercida contra las mujeres porque, aunque hay leyes que la castigan “algo falla cuando las mujeres continúan muriendo a manos de su maltratador”. En esta línea destacó el papel de la prevención, cuya principal herramienta es la educación en igualdad ya que, según aseguró parafraseando a los clásicos: “educad a los niños y no tendréis que castigar a los hombres porque la mejor justicia no es la que pena, sino la que previene”.
La presidenta nacional de AFAMMER, que también recibió este galardón en reconocimiento a su labor como diputada nacional del PP y vicepresidenta 1ª de la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados y como vicepresidenta de la Subcomisión contra la Trata de Seres Humanos de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, finalizó su discurso asegurando que “el reto es acabar con la violencia y las discriminaciones que aún sufren las mujeres es el gran desafía al que nos enfrentamos en este siglo XXI que a mí me gusta llamar el Siglo de la Igualdad”. Por último, animó a todos los presentes a “seguir firmes contra todo tipo de violencia, ser implacables ante las situaciones de abuso, las injusticias y el horror porque está en nuestra mano que el fin de miedo sea realidad”.
Junto a Carmen Quintanilla, también fueron premiadas Mª Teresa Fernández de la Vega, miembro del Consejo de Estado y vicepresidenta del Gobierno y la activista Mozambiqueña Graça Machel.