La maternidad es un momento crítico donde puede comenzar la desigualdad, sobre todo en el ámbito laboral. Analizando los datos sobre la llamada brecha salarial entre hombres y mujeres se puede observar que quien está discriminada no es la mujer en abstracto sino la que es madre.
Como indica el INE en su publicación ‘Mujeres y hombres en España 2020’ las tasas de empleo de las mujeres con hijos menores de 12 años son menores a las tasas de empleo de las mujeres de la misma edad sin hijos. En el caso de los hombres sucede lo contrario, las tasas de empleo de los hombres con hijos son superiores a las de los hombres de la misma edad sin hijos.
Tras dar a luz los ingresos laborales de las mujeres caen un 11% en el primer año. Los ingresos de los hombres apenas se ven afectados por la paternidad. Diez años después del nacimiento la caída para las mujeres es del 28% según los datos recogidos en el informe “The Child Penalty in Spain”, Banco de España, mayo de 2021.
La Ley para la Igualdad de mujeres y hombres establece que las políticas públicas deben contemplar medidas que protejan la maternidad, asumida como una cuestión de interés social. Sin embargo, al analizar las estadísticas oficiales se concluye que hay una invisibilidad de las mujeres embarazadas. No hay un cálculo directo del grupo de población mujeres/madres, ni del número de embarazadas, ni de las situaciones de vulnerabilidad por las que puedan pasar. ¿Cómo elaborar planes y medidas si no se conoce la realidad en la que se va a actuar? Urge visibilizar a la mujer embarazada y o madre reciente como colectivo susceptible de recibir apoyo de las administraciones públicas.
Un ejemplo de trabajo en pro de la igualdad es el proyecto de la Asociación REDMADRE Palencia en el ámbito rural: ‘Madres nunca solas’, que consiste en tejer una red de apoyo de personas mayores y entidades sociales que habiten el rural y puedan acompañar, enseñar y cuidar a las embarazadas y/o madres recientes que lo precisen evitando que se desplacen a la ciudad de Palencia. Además, el ámbito rural puede ser un nicho de empleo para mujeres embarazadas y o madres recientes.
Amaya Azcona
Directora General
Fundación REDMADRE
