La Confederación Nacional de Federaciones y Asociaciones de Familias y Mujeres del Medio Rural (AFAMMER), se suma un año más, como cada 25 de noviembre, a la celebración del Día Internacional para la eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Hoy, más que nunca, en nuestro recuerdo y pesar, están todas y cada una de las mujeres asesinadas como consecuencia de una lacra que, lejos de desaparecer, sigue estando presente en nuestra sociedad.
Las 44 mujeres asesinadas, los 3 menores asesinados y los 35 menores de edad que han quedado huérfanos y huérfanas de madre hasta la fecha en España, son además una muestra de la violencia que miles de mujeres, así como sus hijos e hijas, sufren a diario en sus propios hogares. Unas cifran que, lejos de desanimarnos, deben estimularnos para seguir trabajando con la esperanza de conseguir en un futuro, no muy lejano, erradicar una de las vulneraciones más flagrantes de los derechos del ser humano.
Las mujeres del medio rural no solo no escapan a este tipo de violencia, sino que además deben hacer frente a un mayor número de dificultades por el mero hecho de residir en núcleos pequeños, mayor silencio, mayor soledad y sobre todo mayor incomprensión a la hora de contar por lo que están pasando.
Por ello, en el Día Internacional para la eliminación de la Violencia contra la Mujer, AFAMMER reclama:
- Una mayor visibilidad de la violencia que sufren las mujeres del medio rural y la realización de programas específicos dirigidos a ellas.
- Voz propia en las instituciones y organismos públicos, nacionales e internacionales.
- Medidas que favorezcan el empoderamiento y el acceso de las mujeres rurales al mercado laboral.
- Un sistema educativo que visibilice el papel de las mujeres en todos los ámbitos.
- Un modelo social basado en la igualdad de oportunidades.
Desde el mismo momento de su creación, hace ya 36 años, AFAMMER está comprometida con las necesidades de las mujeres rurales para que dejen de ser invisibles ante la sociedad.
Porque todas esas mujeres y sus familias merecen tener la oportunidad de una vida sin violencia, es necesario lanzar un mensaje sincero que les lleve a romper el silencio y a pedir ayuda.
Solo si ellas sienten que cuentan con la ayuda y la comprensión de la sociedad podrán reunir el valor para poner fin al maltrato.