Los zapatos de la mujer rural

Aurora Rey Aragón. Escritora y Mujer Rural. Almodóvar del Campo (Ciudad Real)

En estos días ya próximos a la Navidad sentimos la necesidad de mandarnos los mejores deseos, enviándonos felicitaciones en preciosas postales, WhatsApp, cartas a los ReyesMagos y Papa Noel, yo he querido también escribir esta carta pensando que a través de unas líneas podría llegar más cerca del corazón.

Querida sociedad.
Querido compañero.
Querido amigo.
Querido joven o mayor…

A vosotros quiero contaros como son los zapatos de la mujer rural, soy consciente que la vida es complicada, difícil en ocasione muy dura, en otras excesivamente dura, cuando además tienes que vivirla dentro del cuerpo y el alma de una mujer rural. Cada día antes de salir al mundo me calzo mis zapatos de mujer rural ¿Qué cómo son mis zapatos? Como los tuyos ciudadanos del mundo, pero con una suela muy pesada, porque le van poniendo capas de hierro.

Una capa de suela de hierro, por ser mujer, una capa de suela de hierro por ser rural, una capa de hierro por ser madre, una carpa de hierro por tener cargas familiares, padres, suegros, personas con necesidades específicas.

Todas estas capas de suela me hacen caminar en la vida con más esfuerzo en cada paso para poder conseguir una meta, la de ser igual, ya que tengo los mismos derechos. Que lejos me queda el acceso a la educación, formación, cultura.

Los transportes son lentos, escasos y la mayoría de las veces poco seguros, sus horarios no se ajustan a las necesidades. Poder encontrar un puesto de trabajo siempre escasos en mi territorio y sumado al hecho de ser mujer no me ayuda nada, vuelvo a calzar mis zapatos de mujer rural, sé que a pesar de mi valía estaré detrás de ti y cobrare por mi trabajo un injusto salario inferior al tuyo.

La maternidad en lugar de ser una aportación social reconocida y premiada se convertirá en una carrera de obstáculos, sin guarderías o muy escasas, sin ayudas sociales, sin centros de día para los mayores, con poco o nulo acceso a la digitalización, mis zapatos de mujer rural cada vez pean más.

Los imanes con los que atrapan hacia el punto de partida y que me alejan de la meta me hacen desfallecer, pensar que soy yo la culpable de haber nacido mujer en un mundo rural, de haberme atrevido a ser madre, de querer cuidar de los míos, todo anula mis posibilidades.

Querido ciudadano del mundo, te ofrezco mis zapatos de mujer rural, para que los calces unos días y tal vez te ayude a comprenderme y me apoyes, cuando escuches a las asociaciones como AFAMMER que nos recuerdan que somos iguales, valiosos ciudadanos de primera a los que hay que ir descargando de esas suelas de hierro, porque las mujeres rurales igual que tú, aportan riqueza, vida, futuro y progreso.

P.D. Es probable que este año, Papa Noel o los Reyes Magos te dejen junto a tus regalos, mis zapatos de mujer rural, porque tu los anotaste en tu lista.

AURORA REY ARAGÓN
ALMODÓVAR DEL CAMPO (CIUDAD REAL)
67 AÑOS
ESCRITORA Y MUJER RURAL