Lola Gómez: «Sin mujeres no podrá hablarse de futuro en el medio rural»

Era un día cualquiera de hace ya algunos años, cuando Lola Gómez se enteró de un curso que AFAMMER Almería iba a llevar a cabo en su localidad. A él se apuntó y de aquellas primeras lecciones donde se hablaba de empoderamiento y de mujer rural, surgieron algunas ideas, que con empeño, sacrificio y muchos sueños por cumplir, quiso llevar a cabo, trasladando lo aprendido a su propio proyecto, que hoy tiene nombre propio y es toda una referencia en Andalucía. Clisol Turismo Agrícola. 

Os dejamos un pequeño avance de la entrevista que aparecerá en el siguiente número de nuestra revista realizada por Irene Sanroma. 

  • Lleva 19 años como emprendedora en el mundo rural, ¿qué le motivó a emprender?

La motivación fue el ver una necesidad que no estaba cubierta en nuestro sector original, que es el agro en Almería. Nosotros somos productores de hortaliza en sistema protegido bajo plástico y nos empezamos a dar cuenta que los productos que se hacen bajo plástico tienen una imagen solo regular en los consumidores. Además, yo siempre he sido agricultura y siempre he tenido una especie de inquietud-obsesión de obtener otros ingresos que no fueran solamente de la venta de productos agrícolas. Tenía claro que mi trabajo de base es la producción y empecé a darle vueltas sobre qué podía hacer. La motivación fue hacer de ese problema de imagen una oportunidad empresarial, empezar a poner en marcha las visitas guiadas bajo el mar de plástico para mostrarlo al mundo entero.

  • ¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes de emprender en el medio rural?

Hoy en día con las nuevas tecnologías no hay muchos inconvenientes. Cuando yo empecé era diferente. No teníamos móviles, era teléfono fijo, había que hacer muchos envíos por correo postal, teníamos conectividad mínima… Pero hoy en día, hay muchas ventajas. En las ciudades y en el mundo rural tenemos una calidad de vida que nos hace ser mucho más creativas, tener una visión mucho más aceptada y más coherente. Además, el acceso a las nuevas tecnologías es un auténtico privilegio. Vivimos en un medio rural con un medio de vida impresionante y conectadas exactamente igual que las personas que viven en las ciudades.

 

  • ¿Cómo surgió la idea de organizar visitas guiadas a su invernadero y de darle un enfoque turístico al sector de los invernaderos, algo que no era común?

Fue un cúmulo de cosas. Una imagen regular de nuestros productos, de nuestro sistema protegido bajo plástico… se da la imagen de que son productos sin sabor, productos que tienen muchísima química… Una serie de tópicos típicos que no tienen nada que ver con la realidad de la mayoría de los casos. Pero los agricultores no hacíamos nada por conectarnos con los consumidores finales de esos productos. Nuestra provincia nos ofrece tres pilares económicos: canteras de piedra natural, agricultura y turismo. Nuestra empresa está en medio de dos grandes urbanizaciones turísticas. Nos dimos cuenta de que los turistas se paraban y querían preguntar y saber qué había debajo de los plásticos. En el 2000 es cuando yo tomo la decisión de hacer de ese problema de imagen una oportunidad empresarial. Ahí me doy cuenta de que hay una necesidad no cubierta.

  • Ha recibido 13 premios, el último el Premio Nacional a la Excelencia en Mujeres Rurales en 2015 otorgado por el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, ¿han ayudado esos reconocimientos a dar más visibilidad a su trabajo y/o empresa?

Sí, sin duda. Todo va sumando, pero los reconocimientos y los premios sí ayudan, y más un premio como el del Ministerio a nivel nacional. Para nosotros es un empujón moral, que nos hace ver que estamos en el camino correcto, y un empujón mediático porque después de ese reconocimiento hay muchísimos medios de comunicación que se interesan por lo que estamos haciendo, que te sacan en entrevistas, en artículos… y es muy gratificante. Para nuestra empresa es muy positivo y hay muchos premios que podemos decir que ha habido un antes y un después.