Conclusiones II Congreso Internacional de AFAMMER

II CONGRESO INTERNACIONAL

“LA VOZ DE LAS MUJERES RURALES EN EL MUNDO”

A veces el movimiento asociativo surge tras detectarse necesidades que hacen que la gente se una intentando lograr mejorar determinadas circunstancias, o tras detectar que peligran sus derechos o su futuro. Desde el inicio de Afammer venimos alertando del grave problema del despoblamiento de las zonas rurales, de las desigualdades a las que se enfrentan las zonas rurales y especialmente sus mujeres, del envejecimiento de nuestros pueblos, de la falta de oportunidades… A veces tenemos que llegar a situaciones límites, empezar a ver “las orejas al lobo” para enfrentarnos a esas realidades y empezar a buscar soluciones. Y aquí estamos, 36 años después de comenzar nuestra andadura, viendo como peligra el futuro de nuestros pueblos tras llevar años alertando de ello. Pero en este camino nuestra organización, pionera en el movimiento asociativo de mujeres rurales, ha conseguido que se tome conciencia de la importancia de la mujer rural en la construcción de la sociedad en la que vive. Y que los sucesivos gobiernos consideren que es fundamental contar con ellas para garantizar el futuro rural. Y ese movimiento se ha hecho global. Por eso estamos aquí, porque las mujeres rurales del mundo queremos FUTURO para nuestros pueblos, para las zonas rurales, las que alimentan el mundo.

No puedo dejar pasar la oportunidad de este foro para recordar que hace 40 años que nuestro país votó la Constitución, que iniciamos la andadura en democracia. Hace 40 años, las mujeres pudimos empezar a salir del ostracismo al que habíamos sido sometidas, a ser visibles, a poder reclamar nuestros derechos en igualdad. Sólo cuatro años después, nuestra organización abanderaba la reivindicación de la igualdad para las mujeres del medio rural, mujeres doblemente discriminadas por su condición de mujeres y rurales.

No cabe duda que la Constitución, gracias al artículo 14, que establece que “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”, fue fundamental en el avance en derechos de las mujeres en España, por eso no quiero dejar pasar la oportunidad, en este aniversario, para reconocer la oportunidad que supuso para todas. Sólo recordar que las mujeres necesitábamos el permiso de nuestro padre o de nuestro esposo para cualquier cosa: viajar, tener cuentas bancarias, poder sacar dinero, trabajar… Y si además hablamos de la propiedad… eso lo saben bien las mujeres del medio rural, trabajadoras de las tierras que pasaban de padres a hijos, o a maridos…

En este año de celebración, de aniversario, quiero volver a incidir en la necesidad de alcanzar una igualdad real, en la importancia de las mujeres en el avance de la sociedad, en el reconocimiento de las mujeres, en la necesidad de que sean agente activo en la construcción de su entorno, ya que, sin ellas, nuestros pueblos se mueren.

 

Y por la necesidad de cuidar nuestro futuro, en 2012 Naciones Unidas comenzó un proceso de consultas a nivel internacional que finalizó en 2015 y que culminó en una agenda internacional que pretende que en 2030 hayamos alcanzado 17 objetivos de desarrollo sostenible y 169 metas. Hablamos de la Agenda 2030, la agenda de las 5 P: PLANETA, PERSONAS, PROSPERIDAD, PAZ Y ALIANZAS (Planet, People, Prosperity, Peace, Partnership).

Lograr dar cumplimiento a esta agenda es el reto al que nos enfrentamos, para lo que nos basamos en unos objetivos universales, ambiciosos y participativos, ya que según datos de Naciones Unidas “aproximadamente 1 de cada 1.000 personas del planeta han expresado su opinión sobre lo que más le importa”.

¿Y qué perseguimos? ¿Para qué trabajamos? ¿Qué nos ha traído hasta aquí? Queremos dar cumplimiento al fin principal de la Agenda 2030: ERRADICAR LA POBREZA, algo imposible sin un DESARROLLO SOSTENIBLE E IGUALITARIO.

En este foro multicultural hemos analizado los objetivos de desarrollo como herramientas que nos permitirán cuidar del futuro del planeta y sus gentes.  Y si algo ha quedado patente es que, para lograrlo, necesitamos la participación de todos los actores, de todas las comunidades.

Analizados los datos, propuestas y buenas prácticas compartidas a lo largo de estas sesiones, exponemos las conclusiones de este II Congreso Internacional:

  1. Desde Afammer reiteramos nuestro compromiso con la Agenda 2030 y con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y continuaremos trabajando y trasladando a los poderes públicos las reivindicaciones necesarias para conseguir su desarrollo.
  2. Reconocemos la situación de discriminación que las mujeres rurales del mundo vienen sufriendo y las barreras especiales a las que se enfrentan y que las sitúan en clara desventaja a la hora de lograr la igualdad real, el empoderamiento, el acceso al trabajo y el reconocimiento social y económico del mismo.

En relación al Objetivo de Desarrollo Sostenible 2: Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible, afirmamos:

  1. Según datos de Naciones Unidas de 2017, se prevé que la población mundial aumentará en 1.000 millones para el año 2030, llegando a 8.600 millones. Además esa tendencia continuará al alza, situándose en 11.200 millones para el año 2100. Además, dicho informe prevé la concentración del crecimiento en los países pobres. Otro punto a destacar es el envejecimiento de la población al reducirse los niveles de fertilidad y de crecimiento. Todos estos factores unidos supondrán un reto para los países a la hora de dar cumplimiento al objetivo de poner fin al hambre, pero además pondrán a prueba los sistemas de protección social y de salud, así como la garantía de las pensiones.
  2. La seguridad alimentaria no podrá garantizarse sin políticas de desarrollo inclusivas, que tengan en cuenta que la mujer es un actor fundamental para alcanzar el desarrollo, que además necesariamente debe ser sostenible para tener futuro.
  3. Somos conscientes de que sin las mujeres rurales no se podrá poner fin al hambre del mundo. Afirmamos que la erradicación del hambre no será una realidad hasta que no se desarrollen y pongan en práctica políticas igualitarias de desarrollo sostenible.
  4. Reconocemos a las mujeres rurales como “cuidadoras del planeta” y ponemos en valor sus conocimientos para garantizar el futuro del mismo y avanzar hacia el reto del fin del hambre en el mundo.
  5. Consideramos que el futuro del planeta y la alimentación de sus gentes no serán una realidad sin el cuidado del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático, a los que todos y todas debemos contribuir.

En relación al Objetivo de Desarrollo Sostenible 4: garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos, afirmamos:

  1. La Agenda Mundial de la Educación 2030, amplia los objetivos de educación para todos y el Objetivo 2 de desarrollo del Milenio y hace hincapié en la inclusión, equidad e igualdad entre hombres y mujeres. De esta manera se pretende dar cumplimiento al ODS 4.
  2. Según el Instituto de Estadística de la UNESCO, 16 millones de niñas no irán nunca al colegio y más de dos tercios de los adultos que carecen de conocimientos básicos de alfabetización, son mujeres, y de estas, la mayoría son mujeres rurales.
  3. La Declaración de Incheon y Marco de acción para la realización del ODS 4 reafirma la educación como un bien público y un derecho humano fundamental que es la base para alcanzar la paz, la tolerancia, la realización humana y el desarrollo sostenible. Considera además que la educación es clave para lograr el pleno empleo y la erradicación de la pobreza y promueve centrar los esfuerzos en la inclusión y la equidad.
  4. Por todas las razones expuestas, nos comprometemos a trabajar para acabar con la desigualdad y a favorecer la inclusión de las mujeres y niñas del medio rural en el acceso a la educación. Reclamaremos a los gobiernos la adopción de políticas que eviten el abandono escolar de las niñas en las zonas rurales.
  5. Reafirmamos que la educación es fundamental para lograr empoderar a las mujeres y niñas del medio rural, por lo que debemos asegurar su acceso a la educación y la formación necesarias para garantizarles un futuro digno y libre de violencia.

En relación al Objetivo de Desarrollo Sostenible 5: lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas, íntimamente ligado con el objetivo anterior, afirmamos:

  1. Reconocemos la necesidad de impulsar el liderazgo de las mujeres rurales en todos los ámbitos, como el social, cultural, económico y político.
  2. Debemos asegurar el bienestar de las familias del medio rural como vía para el empoderamiento y la igualdad de género. Sin servicios e infraestructuras, el éxodo rural no se frenará. Las políticas orientadas a la población rural deben incidir en el bienestar de las familias para evitar el despoblamiento de las zonas rurales. Debemos garantizar el acceso a cuidados de personas dependientes, mayores y niños, facilidades para la conciliación y para el acceso a sanidad y a educación en las zonas rurales.
  3. Reafirmamos la necesidad de desarrollar las medidas que permitan a las mujeres tener mayor poder de decisión en sus hogares y en las empresas, así como en la política.
  4. Debemos trabajar para generar proyectos sostenibles y viables liderados por mujeres rurales, que aseguren el futuro de los pueblos y su desarrollo. El intercambio de buenas prácticas entre regiones y países es vital para asegurar resultados positivos en materia de emprendimiento femenino rural.
  5. El establecimiento de redes y sinergias para fomentar el empleo de las mujeres rurales es imprescindible para contribuir a conseguir empleo femenino en las zonas rurales, por lo que se debe hacer todo lo posible en la construcción de las mismas.

En relación al Objetivo de Desarrollo Sostenible 8: promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el pleno empleo y productivo y el trabajo decente para todos, afirmamos:

  1. Según datos de Naciones Unidas, el 70% de las personas pobres son mujeres. Esto es así debido a que las mujeres son las que ocupan trabajos precarios, poco estables y con bajos salarios. Sólo con una participación equitativa de las mujeres en el sector económico se logrará un mayor crecimiento económico.
  2. La remuneración del trabajo realizado por las mujeres rurales y su visibilización son aspectos fundamentales para lograr sociedades avanzadas en todos los aspectos. Según datos de la FAO de 2011 las mujeres rurales tienen menos probabilidades de conseguir un trabajo remunerado y en el caso de conseguirlo, el empleo es de peor calidad y con un salario inferior al hombre.
  3. Según estimaciones de la FAO, cerrar la brecha de género en la agricultura ayudaría a reducir el número de personas desnutridas en unos 150 millones y a la vez aumentaría la producción agrícola en países en vías de desarrollo entre un 2,5% y 4%. Consideramos fundamental el reconocimiento del trabajo de las mujeres del medio rural, así como lograr su empoderamiento y su liderazgo en proyectos de desarrollo para frenar la pobreza, la desigualdad y el hambre.
  4. Sólo si se favorece empleo de calidad y estable para las mujeres rurales, se dota el medio y se dan facilidades para lograr un bienestar podremos evitar el grave problema de la despoblación rural. Sin desarrollo sostenible rural y sin mujeres tomando decisiones sobre su futuro, el medio rural acabará desapareciendo.
  5. Las nuevas tecnologías ofrecen oportunidades infinitas para el desarrollo rural: formar en su uso, fomentarlo, aprovechar las oportunidades del e-commerce, mejorar la gestión de las explotaciones gracias a su uso… son algunos apuntes que indican la necesidad de dotar el mundo rural de infraestructuras que posibiliten la igualdad de oportunidades en el medio rural.

En relación al Objetivo de Desarrollo Sostenible 16: promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y construir a todos los niveles instituciones eficaces e inclusivas que rindan cuentas, afirmamos:

  1. La violencia, en cualquiera de sus manifestaciones, maltrato, explotación, trata y cualquier otra forma de violencia, es la gran lacra a la que se enfrentan las mujeres y niñas del mundo por el simple hecho de serlo.
  2. Las cifras de violencia en las zonas rurales son más elevadas que en zonas urbanas, pero muy pocas piden ayuda. Prácticas tradicionales perjudiciales, matrimonios forzados, poca confianza en las instituciones, son algunas causas que elevan las cifras de violencia. Debemos analizar la raíz del problema y exigir el desarrollo de políticas que ayuden a erradicar la violencia, basadas en la concienciación y en la educación de la población rural en la igualdad real.
  3. Es una realidad, según un informe de la OMS, que la mujeres del medio rural sufren más violencia física que las de áreas urbanas. Por esta razón debemos trabajar en el desarrollo de protocolos específicos para la detección y atención de las víctimas por parte de los servicios sanitarios y de las fuerzas de seguridad de zonas rurales.
  4. Consideramos fundamental poder salir del círculo “falta de trabajo-cuidados-hogar”. Es fundamental para las mujeres del medio rural lograr una educación, una formación y un trabajo que les permitan una independencia económica, así como el acceso a la propiedad y a los recursos productivos. Los derechos fundamentales permiten el desarrollo personal y profesional, lo que hace más difícil entrar en el abismo de la violencia.
  5. Consideramos que debemos desarrollar además políticas de concienciación dirigidas a la sociedad rural en su conjunto y educar desde la infancia en la igualdad para contribuir a eliminar la violencia contra las mujeres.

Como resumen bien podría valer la frase de António Guterres, Secretario General de la ONU: “Los derechos de la mujer son derechos humanos. Sin embargo, en estos tiempos tan difíciles, a medida que nuestro mundo se vuelve más imprevisible y caótico, los derechos de las mujeres y las niñas se ven reducidos, limitados y revocados. El empoderamiento de las mujeres y las niñas es la única forma de proteger sus derechos y garantizar que puedan alcanzar todo su potencial”.

No olvidemos que EL FUTURO DEL MEDIO RURAL DEPENDE DE OFRECER OPORTUNIDADES A LAS MUJERES Y SUS FAMILIAS.