Este pasado miércoles se celebró el Día de los Abuelos. Una fecha señalada en el calendario español, así como en otros países católicos, pues el 26 de julio es el día en el que, según la liturgia católica, se conmemoran las figuras de San Joaquín y Santa Ana, abuelos de Jesús y padres de la Virgen María.
Lejos de las orientaciones religiosas de cada persona, en lo que todo el mundo coincide es que la figura del abuelo y de la abuela es digna de homenajear. Y un día se queda corto, muy corto.
Ahora desde la posición de abuela, quiero acordarme especialmente de mi abuelo, que por circunstancias de mi vida se convirtió en todo un referente para mí. Desde que era muy pequeña, mi abuelo me mostró el camino que debía tomar si quería ser una mujer libre, con independencia económica y capacidad para elegir mi propio destino.
Además de recibir por su parte todo el cariño del mundo, mi abuelo me dio pautas y herramientas para convertirme en la persona que he llegado a ser. Estoy convencida de que nunca habría podido ser funcionaria de carrera, fundar AFAMMER, recorriendo muchísimos pueblos de España, o llegar al Congreso y al Senado, de no haber sido por sus sabios consejos.
Yo recuerdo a mi abuelo cada día y doy infinitas gracias por el tiempo que empleó en formarme. Fueron muchas horas de dedicación y entrega. Y estoy segura que, abuelos y abuelas de todo el mundo, han hecho y hacen lo mismo que hizo el mío en su momento. Son acciones de valor incalculable, realizadas desde el cariño que sienten por sus nietos, un amor que no se puede comparar al que se profesa por un hijo. Es también muy bonito, pero es distinto.
Los abuelos educan con la paciencia de una persona que atesora gran experiencia. A los abuelos se les escucha con atención porque todo lo que cuentan es interesante y sirve de aprendizaje. A tu abuela, especialmente ellas, sí, siempre la vas a recordar como la mejor chef del mundo. En definitiva, la magia de los abuelos siempre será eterna.
Este miércoles, las redes sociales se han llenado de fotos de nuestros abuelos. Los homenajes se han multiplicado por parte de familiares, pero también de instituciones, que han querido destacar la importancia de los mismos y darles mayor visibilidad.
Estos actos me parecen fantásticos, pero pido, por favor, que no se queden en un solo día. De nuestros abuelos y abuelas, de las personas mayores en general, debemos acordarnos los 365 días del año. Aun teniendo familia, muchos sufren de una soledad no deseada que les va apagando poco a poco en sus últimos días de vida.
No debemos abandonarles nunca, tenemos la obligación de devolverles una mínima parte de todo lo que han hecho por nosotros. Es por eso que yo propongo que el Día de los Abuelos, aunque solo tenga una fecha en el calendario, se celebre todos los días, compartiendo tiempo de compañía, charlas y alegría con los abuelos y abuelas de todo el mundo. Se lo merecen y nunca se lo vamos a poder agradecer lo suficiente.
Carmen Quintanilla Barba
Presidenta Nacional de AFAMMER (Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural)
Parlamentaria Honoraria y Miembro Permanente del Consejo de Europa