‘La cheerleader de los viajes en solitario’, así es como se define Tatiana Rodríguez de la Paz en su página web, Viajar sola te da alas, un espacio que surgió como blog personal. Actualmente, ese rincón personal se ha transformado en una plataforma donde motiva a otras mujeres a descubrir lugares sin la necesidad de ir acompañadas.
Original de Manzanares (Ciudad Real), donde vive actualmente tras años de aventuras y vivencias en distintos países, ciudades y pueblos, Tati decidió emprender desde el medio rural e ‘inventarse’ lo que hace ahora. Sus inicios no fueron fáciles, porque cuando se lanzó al emprendimiento, días después, llegó la pandemia, pero ni eso pudo frenarla.
Su trabajo está orientado a ayudar a las mujeres a viajar solas, con el fin de empoderarlas y dotarlas de confianza en sí mismas, pero advierte que “no quiero convertirme en una agencia de viajes”.
- ¿Qué es Viajar sola te da alas?
Es un proyecto que empezó con un blog de viajes y una cuenta de Instagram, contando mis aventuras en solitario, con el fin de animar a otras mujeres a que hicieran lo mismo. Empecé porque creo que cuando viajas sola te conoces mejor, brillas más y eres consciente de más cosas que se te dan bien. Llegó un momento que sentí que todo eso tenía que contarlo, dar talleres y animar a mucha gente a hacerlo, especialmente a mujeres del entorno rural. Yo, que soy periodista, había trabajado en programas de violencia de género, y pensé que podría ayudar a mujeres maltratadas motivándolas a viajar, creando así en ellas un estímulo muy positivo que les hiciera ganar en fortaleza y autoestima.
Empecé con la red de contactos de violencia de género que tenía, hablando con algunas mujeres, preguntándoles si habían probado a viajar solas. Di con cuatro o cinco que me dijeron que sí, que lo hacían y les venía muy bien, además de hacerles sentir más empoderadas. Entonces, me lancé y empecé a dar charlas y talleres en centros de la mujer, bibliotecas, llamando a ayuntamientos,…
- ¿De dónde viene tu pasión por viajar?
Viene de pequeñita. Casi todo mi imaginario colectivo que tengo de cuando era niña está relacionado con viajar. Yo soy muy curiosa. Estudié Periodismo porque quería conocer gente y sus historias. También, por el trabajo de mi padre, hubo una época que nos mudamos mucho. En mi gen está ser nómada, moverme. Cuando tenía 33 años yo siempre decía que tenía más mudanzas que años (risas).
Yo nací en Manzanares, pero enseguida me fui a vivir a Alcázar de San Juan, donde estuve mis cinco primeros años. Luego pasé por Úbeda, Sevilla, Jaén, Murcia, Ronda, Antequera y Oviedo, donde estuve de los 10 a los 18. Con la mayoría de edad me fui a Madrid y allí ya fue otro periplo.
- ¿En qué momento te das cuenta que tu afición por viajar también puede ser una forma de trabajo?
Me inventé lo que estoy haciendo ahora. Yo estaba trabajando en programas de entretenimiento de la tele, pero hacía tiempo que no estaba cómoda. No quería ir al trabajo con esa actitud y pensé en inventarme algo uniendo las cosas que me gustaban. Al principio, como no me daba mucho dinero, seguía trabajando en proyectos televisivos. Trabajaba durante 3 o 4 meses y cuando me quedaba en el paro me ponía con mi propio proyecto.
El 10 de marzo de 2020 me decidí a hacerme autónoma. Pocos días después llegó la pandemia mundial y me fastidió los planes, pero me vino bien para pensar que no solo podía dedicarme a animar a la gente a viajar sola. Empecé a hablar de lo bueno que es estar sola, porque te conoces a ti misma y haces actividades que luego te permiten evitar amistades tóxicas o, incluso, relaciones que pueden acabar en violencia de género. Fui hilando cosas y ahora hago otro tipo de talleres, siempre compaginando con el taller de viajar, que es el que más me gusta, pero uniéndolo un poco a esa conexión interior para no perder el foco.
- ¿Qué aforo suelen tener tus talleres y en qué consisten?
Suelen ser como de 20 o 25 alumnas, dependiendo del tipo de curso me adapto un poco. Luego, en año de pandemia los hice online, evidentemente, pero ahora la gente quiere más vidilla y los quiere en vivo. Entonces, los hago presenciales y los uno con dinámicas, porque el objetivo de mis talleres es tener la sensación de estar bien solas, pero sin caer en la soledad, que hay muchos casos así en el ámbito rural.
Además, la idea de estas formaciones es hacer dinámicas de grupo para conectar entre ellas. Suelen durar dos horas, más o menos, dependiendo también de lo que me pida el cliente.
- ¿Ha incrementado el número de personas que viajan solas tras la pandemia?
Creo que sí, ahora viajar sola está de moda. Ha dado un subidón muy fuerte. Yo llevo haciéndolo 20 años y esto antes no no lo hacía casi nadie, pero en la última década he sentido un aumento muy grande, sobre todo a partir del 2019-2020. No sé si fue por la pandemia, porque cada vez cuesta más trabajo conciliar tu agenda con la de tu pareja o porque cada vez hay más personas con poder adquisitivo que están solteras y les apetece viajar en solitario. Hay mucha gente que decide hacerlo así porque tienen muchas ganas de visitar un sitio y no tienen compañía.
- ¿Viajar sola está relacionado con no tener pareja o no tener amigos?
Mira, yo soy una persona muy sociable, y cuando empecé con Instagram, me decían mis amigas que por qué me gustaba tanto visitar lugares de esta forma si yo tenía compañía para poder hacerlo con ellas, por ejemplo. Yo les explicaba que me gustaba estar con mis amigas, pero que cuando viajo sola hago lo que quiero. Sí que es verdad que muchas veces se relaciona esto con no tener pareja o amigas. Y no, yo hay momentos que tengo pareja, y hago lo mismo. Los viajes son como las pelis, hay veces que me apetece ver algunas con amigos, pero otras las prefiero ver sin compañía.
- De todos los sitios donde has estado, ¿cuál es tu favorito? ¿Hay algún lugar donde nunca viajarías sola?
Hay destinos, sobre todo los que están en conflictos o con situaciones complicadas, donde hay que tener cuidado. Yo, por ejemplo, fui a El Salvador en contexto ONG, pero no iría para conocerlo en modo vacacional.
Yo, si empezara a viajar sola ahora, me lo pondría muy fácil. Elegiría un país que, a priori, me guste y que esté cerca. También hay que tener en cuenta el clima y si, por ejemplo, prefieres el invierno deberías elegir un país donde haga más frío. Otro tema importante es el de la comida, porque si visitas un lugar donde la comida esté rica, disfrutarás más de toda la experiencia.
Un destino que me encanta recomendar es el Camino de Santiago. Está cerca, el día a día tiene un patrón similar para todo el que lo hace, se coincide con las mismas personas y eso te da la oportunidad de hacer nuevas amistades.
Además, creo que buscarse destinos relacionados con hobbies puede ser muy buena opción para empezar a viajar sola.
- ¿Cómo gestionas el momento de hacerte las fotos?
Desde palo selfie a colocar la cámara o el móvil en cualquier sitio, hasta utilizar la picaresca para que te hagan la foto. Cuando ves la típica parejita que se están haciendo fotos sabes que son una buena opción para que te hagan a ti tu foto. También he vivido circunstancias en las que he pensado, en el momento que posaba, que me estaban haciendo la foto fatal, pero es difícil que pase porque ahora ya hay mucha cultura de la imagen y es fácil dar con alguien que te haga una buena foto.
- Tú que vives en Manzanares, uno de los pueblos más grandes de Castilla-La Mancha, ¿se te queda pequeño?
Sí, se me queda pequeño. Yo soy mucho de movimiento. Antes de Manzanares, viví en Madrid, Toledo, Santiago de Chile,… en ciudades más grandes, y es por eso que se me queda un poco pequeño. Me gusta también estar en un pueblo, que es más acogedor que una gran ciudad, porque, primero, es donde yo nací, me estoy conociendo, estoy viendo cómo funcionan otras cosas y estoy teniendo la oportunidad de que mi plan de emprendimiento vaya creciendo.
Por otro lado, yo antes no conducía porque me daba miedo hacerlo, pero cuando regresé a Manzanares me propuse coger el coche y es algo que me está viniendo bien, tanto a nivel laboral como para conocer pueblos de la zona. Muchas veces nos vamos muy lejos y tenemos aquí maravillas que no valoramos. La provincia de Ciudad Real, por ejemplo, tiene lugares maravillosos. Hay un montón de rincones que ahora estoy descubriendo gracias también a que he vuelto a coger el coche.
- ¿Llevas la cuenta de los países en los que has estado?
Como unos 40 o así. La verdad es que no me gusta contarlos porque creo que, actualmente, hay una cierta obsesión con el viaje. Parece que eres más guay cuantos más países visitas y no es necesario. Yo prefiero conocer menos países, pero tirarme dos o tres meses viendo en uno solo. A mí, esta obsesión por las banderitas me estresa, porque creo que lo importante es conocer la cultura y ver el país detenidamente, siempre que se pueda. En mi caso, como es parte de mi trabajo, pues tengo más tiempo para hacerlo.
- De todos los sitios que has visitado, ¿cuál es tu destino favorito?
A mí me gustó mucho la zona de la Patagonia argentina. Yo viví en Chile e hice un recorrido pasando por el sur de Argentina y Chile. Esta ruta la recomiendo mucho para viajar sola. El Camino de Santiago también es especial. Colombia me gustó mucho porque la gente es muy simpática y, en el año que estuve yo, 2019, no era un país tan peligroso como lo pintaban. Para mí, estos serían destinos imprescindibles.
- Los cursos que realizas, ¿se basan en organizar viajes o en motivar a otras mujeres a realizarlos por su cuenta?
Va mezclado. Les ayudo con temas de logística pero no quiero convertirme en una agencia. Quiero que ellas organicen el proceso y sean partícipes de todo. Cuando viajas pasas por tres procesos: la preparación, el viaje en sí y el recuerdo del mismo. Lo que quiero es ayudar a estas mujeres a dar el paso.
- ¿Tus cursos empoderan a las alumnas que los realizan?
Nacieron con esa filosofía, para que las mujeres se dieran cuenta que no necesitan a nadie para estar bien. Si pudiste coger un avión a París, estar varios días allí y volver a casa, te vas a dar cuenta que si, por circunstancias de la vida, tienes que dejar a tu pareja, puedes hacerlo y no tienes que aguantar por la inseguridad de sentir que no sabes hacer las cosas sola. También te puede ir fenomenal con tu pareja y plantearte que si a esa persona no le gusta irse a la playa, sin problema ninguno puedes irte sola un par de días y luego reencontrarte con ella. Y es que, cuando se está bien en pareja, es bueno también tener aficiones o hacer cosas cada uno por su cuenta para luego contarlo y tener temas de conversación distintos.
- ¿Qué les dirías a las mujeres del medio rural que quieren iniciarse como emprendedoras desde sus pueblos?
Yo creo que es más fácil emprender ahora desde los pueblos, porque las ciudades están carísimas. En Castilla-La Mancha hay un montón de ayudas y subvenciones. Los ayuntamientos tienen viveros de empresas y crean cursos para poder formarte. Muchas veces no somos conscientes de las ayudas que tenemos en nuestros pueblos y hay que informarse y recurrir a entidades públicas que te puedan echar una mano. Yo soy muy fan de los coworking o viveros empresariales porque cuando emprendes sola hay cosas que desconoces, pero cuando coincides con otros emprendedores, que también tienen esas dificultades, pueden ayudarte a resolver tus dudas.
Animo a las futuras emprendedoras a que busquen opciones que faciliten su camino. No deben cerrarse, que yo veo mucha negatividad en la zona de Ciudad Real a la hora de emprender. Hay que buscar mucho antes de decir que no se puede. Y, más que ayudas económicas, yo me refiero al tema de asesoramiento, para informarte y aprender.
Lo bueno de emprender es que tú marcas el camino y eliges algo que vaya acorde contigo. También hay que ser lista y ver que puede tener rentabilidad y cierto éxito para poder comer, que eso es muy importante.
- ¿Qué planes de futuro inmediato tienes?
Tengo que empezar a dar unas formaciones con la Cámara de Comercio y bibliotecas de Madrid. Luego tengo otros relacionados con empoderamiento y desarrollo personal para gente que no tiene empleo por la provincia de Albacete y Cuenca.
De viajes, ahora tengo uno por tema de creación de contenido en Salou, pero me quería ir al inicio de año a Líbano, Jordania y Egipto. Tengo muchas ganas de ir a Egipto, especialmente, pero no sé si esperarme un poco porque me han dicho que van a abrir un museo nuevo y quiero llegar a verlo porque me han dicho que va a ser muy chulo. Entonces, igual Líbano y Jordania y dejamos Egipto para cuando abran el museo.
- Algo más que quieras añadir…
Sí, quiero recalcar que viajar en solitario es algo que deberíamos hacer todos alguna vez en la vida. No hace falta irte a Japón o a Canadá. Puedes irte solo a la playa de Almería. No importa el destino, pero creo que es importante porque te conoces muy bien, sabes quién eres y es una actividad donde puedes hacer lo que te dé la gana y tener libertad absoluta, algo que en el día a día no tenemos. Animo a todo el mundo a que viaje solo.