El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM) y la Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural (AFAMMER) promoverán la campaña Tu farmacia es tu refugio en las oficinas de farmacias rurales de la Comunidad de Madrid, con la intención de que las mujeres rurales tengan un punto donde acceder en busca de ayuda e información específica para combatir la violencia de género.
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer que se celebra mañana, la presidenta nacional de AFAMMER, Carmen Quintanilla Barba, el presidente del COFM, Luis González Díez, y la vocal de Farmacia Rural del COFM, Raquel Casado, han presentado hoy a los medios el cartel promocional de la campaña que exhibirán todas las farmacias que quieran sumarse a esta iniciativa, con la que se lanza un mensaje muy directo a las mujeres rurales: su farmacia está aquí para ayudarles, compartir su miedo, aliviar su carga y acabar con la situación injusta que están viviendo.
‘Tu Farmacia es tu refugio’
El difícil acceso a los recursos por parte de las mujeres rurales, generalmente localizados en las grandes poblaciones, hace que las farmacias rurales ubicadas en los pueblos pequeños sean, en muchas ocasiones, el único lugar disponible y de fácil acceso donde encontrar apoyo para intentar salir del círculo de violencia en el que se encuentran.
En el cartel se hace una invitación a las mujeres rurales víctimas del maltrato para que llamen al timbre de su farmacia más cercana y confíen en los profesionales que estarán siempre dispuestos a acompañarlas.
El silencio es mayor en los municipios pequeños
“En nuestros 38 años de existencia en AFAMMER siempre hemos denunciado que las mujeres que sufren violencia de género en el medio rural son especialmente vulnerables, pero gracias en gran medida a la labor que venimos realizando en estas casi cuatro décadas de vida, hoy la violencia de género ya no es tratada como una cuestión privada que debe quedarse dentro del hogar”, afirma Carmen Quintanilla.
Sin embargo, la presidenta nacional de AFAMMER considera que aún queda un largo camino por recorrer a la hora de combatir esta lacra. “Todavía no hemos acabado con el miedo y con el sentimiento de incomprensión que suelen arrastrar las víctimas, que tardan de media entre ocho años y ocho meses en verbalizar o pedir ayuda desde que comienzan a sufrir malos tratos”, manifiesta.
“Las farmacias son el único establecimiento sanitario abierto en muchos pueblos y, a través de esa farmacéutica o farmacéutico, podemos conocer la situación de esa familia y romper el círculo de silencio para dirigirle hacia una salida y ofrecer un apoyo de seguimiento y protección”, recalca la presidenta de la Asociación.
Los resultados del Informe de Violencia contra la Mujer en la Estadística Judicial, elaborado por el INE, indican que el número de denuncias por violencia de género en la Comunidad de Madrid en 2019 disminuyó un 3,05% respecto al año anterior, por lo que es importante sumar a las oficinas de farmacia como puntos de atención a las mujeres víctimas del maltrato.
Por su parte, Luis González Díez resalta el papel que desempeñan los farmacéuticos en el mundo rural. En su opinión, “son los profesionales sanitarios que mejor conocen a sus pacientes y su entorno familiar, por eso la farmacia puede ser un refugio para las mujeres que sufren cualquier tipo de violencia”. “Con esta campaña queremos colaborar con AFAMMER para mandar un mensaje claro de apoyo a todas las mujeres: cuenten, por favor, con nosotros, confíen en su farmacéutico”, señala Luis González. “Ningún farmacéutico es ajeno a este problema social y, mucho menos, las farmacéuticas que son mayoría entre la profesión; vamos a estar a su lado y juntos vamos a buscar una salida para que no haya una víctima más”, añade.
Como farmacéutica en Buitrago de Lozoya, Raquel Casado incide en la figura del farmacéutico rural como “una persona que está muy integrada en la vida del pueblo y que puede servir de enlace entre estas mujeres y las asociaciones que les prestan su ayuda”. En su experiencia, “tu vida se desarrolla en el pueblo tanto laboral como familiar y, muchas veces, tu vida laboral sale de esas cuatro paredes que delimitan la farmacia y continúa en la calle, esperando la cola del pan, de la frutería, esperando a los niños a la salida del colegio. Este contacto te acerca más a las personas que vienen a la farmacia, puede generar una situación de confianza hacia el farmacéutico que propicie que una mujer maltratada busque tu apoyo”, señala.
Asimismo, subraya que “tan importante es ofrecer tu ayuda como saber prestarla”. Por ello, cree que “debemos prepararnos para hablar con ellas, tenemos que ser conscientes de que estás frente a una mujer que teme por ella, por sus hijos, que se encuentra acorralada, en una situación de la que es muy difícil salir, que muchas veces es amenazada de muerte y vive con el miedo de ser maltratada y asesinada, que se siente engañada por alguien que ella quiere y que ejerce mucha influencia sobre ella”. En este sentido, reconoce que “no valen palabras que nieguen su realidad, ni tampoco decirles lo que deben hacer. Para ello hay profesionales que las conducirán mucho mejor. Nosotros tenemos que estar ahí para darles nuestro apoyo, que sientan que tienen un sitio donde buscar refugio y solidaridad”.