La historia de nuestras grandes ciudades empezó a construirse desde nuestros pueblos; y en ellos, la figura de las mujeres siempre se ha precisado como elementos claves para el devenir de las poblaciones. Su trabajo, su presencia y su innegable aportación, han servido para construir sociedades enteras alrededor de ellas y que hoy nos permite conocer de dónde venimos, sintiéndonos orgullosas de ellas.
Han sido las mujeres las encargadas del cuidado de la familia, del cuidado del hogar y hasta del trabajo de nuestras tierras. Desde AFAMMER, asociación pionera en la reclamación de los derechos de las mujeres del medio rural en España, fuimos conscientes de la necesidad de hacer visible su aportación hace 37 años y desde entonces, nuestros esfuerzos siguen enfocados en conseguir la igualdad real de oportunidades y la necesidad de dotar a las mujeres de un respaldo, que vele por sus derechos y eleve su voz en todos los foros nacionales e internacionales.
Hoy las mujeres siguen siendo una referencia en el medio rural. Sin mujeres no hay futuro en nuestros pueblos y sin futuro en ellos, no podrá hablarse de un desarrollo sostenible a nivel internacional, tal como ha quedado reflejado en los objetivos de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030.
En un ejercicio de memoria histórica, debemos reconocer la labor fundamental que durante muchas generaciones las mujeres han venido desempeñando en el medio rural. Cuando miramos hacia atrás, es fácil vincular la imagen de nuestras madres y de nuestras abuelas, como verdaderos iconos de nuestros pueblos. Sus estampas y su recuerdo siguen perennes alentándonos a seguir construyendo un futuro más prometedor para las siguientes generaciones de mujeres, que deben recoger su testigo y su legado, para mostrar su talento y su capacidad.
Según los datos recogidos en el informe «Perspectivas de la Población Mundial», se espera que el número de personas mayores se dupliquen en el año 2050 hasta llegar a los 2.100 millones. Del total de mayores actuales, el 41,7% (casi dos millones de personas) viven solas en España. De ellas, el 70% son mujeres, con un mayor impacto y exposición de exclusión social en el ámbito rural.
Factores como la soledad, el acceso a internet y el reconocimiento de su aportación activa, son algunas de nuestras reclamaciones actuales. La edad no puede ser una excusa para la exclusión social. Sociedades como la japonesa deben servir de espejo en el que reflejarnos. Respetar a las personas mayores, aprender de ellas y cuidarlas, deben ser una prioridad para la sociedad a nivel global, respondiendo a nuestra personal “ley de la memoria” en la que las mujeres mayores del medio rural, tengan también la cabida que se merecen.
Carmen Quintanilla Barba
Presidenta nacional de AFAMMER