AFAMMER pide compromiso internacional con las mujeres afganas

Veinte años después los talibanes vuelven a hacerse con el poder en Afganistán ante el temor de la comunidad internacional que a marchas forzadas han  plegado velas para abandonar el territorio, dejando a la sociedad afgana vendida a su suerte, que despavorida está tratando de dejar las fronteras atrás para salir del país antes de que los talibanes ratifiquen su poder y el mandato del terror se haga con las calles.

Hoy los días en ciudades como las de Kabul parecen más oscuros, aunque la pólvora se haya ido disipando en un aire que pese a todo es el más difícil respirar desde las dos últimas décadas. Las calles afganas se han convertido en una ratonera donde las purgas y las persecuciones están dando sus primeros pasos, listando los nombres de aquellos que se arriesgaron a pensar diferente cuando las fuerzas internacionales acabaron con el régimen talibán en el año 2001.

En esas listas que están naciendo pueblo a pueblo figuran entre otros los nombres de las mujeres entre 15 y 45 años que están sin casar o han quedado viudas para que sean vinculadas como premio a algunos de los combatientes que han llevado a los radicales a recuperar el poder veinte años después.

El ascenso meteórico talibán da para pensar mal y para que nos preguntemos por qué no se ha frenado el avance de los insurgentes con alguna operación militar conjunta de los aliados internacionales.

En el bando de los que hoy son los derrotados, figuran las mujeres y las niñas, cuya protección  debería ser un objetivo prioritario para la comunidad internacional. Su pasividad se llevará por delante sus derechos civiles que apenas han podido saborear durante los últimos años y lo que es más duro, el radicalismo volverá a aniquilar a centenares de mujeres cuando así lo consideren oportuno.

Según ha informado la ONU, desde el comienzo de 2021, las muertes de civiles han aumentado casi un 50 %, con más mujeres y niños muertos en Afganistán que en los primeros seis meses de cualquier año desde que comenzaron los registros en 2009.

A medida que los talibanes han avanzado posiciones, las libertades y derechos de las mujeres se han visto arrasados, prohibiéndoles salir a la calle, acceder a la educación y obligándolas a casarse con los combatientes islámicos en nombre de la causa talibán; o lo que es lo mismo, se les ha vuelto a someter a la Ley Sharia que las somete al poder de los hombres y las emplea como objetos de escaso valor.

Estamos en el año 2021 y el temor del régimen talibán ha regresado, sobre todo para las mujeres y niñas.

Por ello, desde AFAMMER pedimos a la comunidad internacional que se cumplan los acuerdos como el de la Convención de Ginebra donde se articuló que: «Las mujeres deben ser especialmente protegidas de cualquier ataque contra su honor, en particular de la violación, la prostitución forzosa o cualquier otra forma de asalto indecente«.

No entendemos la pasividad de la OTAN y el paso atrás de la comunidad internacional que ha dejado que el trabajo que se ha realizado con tanto sacrificio durante veinte años se haya esfumado en un abrir y cerrar de ojos, sin que se nos haya explicado cómo ha sido posible.

 

Carmen Quintanilla Barba

Presidenta Nacional de AFAMMER

Parlamentaria Honoraria del Consejo de Europa

Diputada Nacional y Senadora (2000-2019)