Han pasado 30 años de la IV Conferencia de la Mujer celebrada en Beijing, un momento histórico en el que AFAMMER estuvo presente y que marcó un antes y un después en la lucha por la igualdad.
AFAMMER ha participado en la 69 Comisión de la Condición Social y Jurídica de la Mujer de Naciones Unidas (69CSW/Bejing+30) para seguir alzando la voz de las mujeres rurales y garantizar que la igualdad llegue a cada rincón del mundo.
Carmen Quintanilla aprovechó su participación en Naciones Unidas para presentar 10 líneas de acción para garantizar el empoderamiento y la plena participación de las mujeres rurales, y el desarrollo sostenible de todos los países:
Descarga en PDF el Decálogo de AFAMMER con las 10 acciones para el avance de las Mujeres Rurales: Décalogo de Acciones de AFAMMER – 69CSW
1. Garantizar el acceso a las nuevas tecnologías y a la formación digital de todas las mujeres y niñas, promoviendo el desarrollo de infraestructuras y asegurando una conexión de calidad incluso en las zonas más remotas del planeta.
2. Impulsar el emprendimiento femenino y garantizar el acceso a la financiación, permitiendo que más mujeres rurales puedan emprender en sus propios municipios y frenar así la despoblación que asola a las zonas rurales de los 5 continentes.
3. Impulsar el liderazgo y asegurar la participación activa de las mujeres rurales en espacios de toma de decisiones, promoviendo su presencia en gobiernos locales, organizaciones internacionales y en la formulación de políticas públicas que impacten sus comunidades.
4. Fomentar la economía circular y el desarrollo sostenible, apoyando modelos de negocio que prioricen la sostenibilidad ambiental y promuevan la inclusión de las mujeres rurales en la transición ecológica.
5. Reducir las altas tasas de desempleo que afectan a las mujeres rurales en todos los continentes, garantizando su acceso a prestaciones sociales y promoviendo la formalización del empleo femenino en el ámbito rural. Además, es fundamental impulsar condiciones de trabajo dignas, asegurando salarios justos, protección laboral y acceso a derechos básicos que permitan a las mujeres rurales desarrollarse en igualdad de oportunidades.
6. La conciliación y la corresponsabilidad en los hogares rurales sigue siendo una meta lejana. Las mujeres rurales asumen una mayor carga de trabajo no remunerado, lo que dificulta su acceso y permanencia en el empleo.
7. Corregir las desigualdades de género en la agricultura, la ganadería y en el acceso a la tierra. Según la FAO, a pesar de que las mujeres representan casi la mitad de la fuerza laboral agrícola mundial y producen el 80% de los alimentos en las economías en desarrollo, poseen menos de una quinta parte de las tierras del planeta.
8. Garantizar el acceso a infraestructuras y servicios básicos, incluyendo salud, transporte, conectividad digital y viviendas adecuadas en las zonas rurales.
La falta de estos servicios esenciales agudiza las brechas de género y limita las oportunidades de desarrollo de las mujeres rurales, impidiéndoles acceder a educación, empleo y recursos de primera necesidad.
9. Fortalecer las políticas de prevención y erradicación de la violencia de género en áreas rurales, asegurando atención integral a las víctimas que viven en un entorno carente de infraestructuras y servicios especializados para salir del círculo de violencia en el que se encuentran.
Según ONU Mujeres, cada 10 minutos una mujer o una niña es asesinada por su pareja o un familiar, lo que evidencia la urgencia de garantizar mecanismos de apoyo accesibles y efectivos en el ámbito rural.
10. Garantizar una vejez activa y saludable para las mujeres rurales de mayor edad. Las mujeres suelen llegar a la vejez con pensiones contributivas mucho más bajas que los hombres y son más propensas a padecer enfermedades crónicas como la artritis reumatoide, migraña o fibromialgia, que afectan su calidad de vida.